La pauta oficial lo puede todo. Entre Une y EPM van a terminar por a hacerle creer a los colombianos que en Medellín nunca hubo un acuerdo de gobernabilidad entre la alcaldía de Sergio Fajardo, y su secretario de gobierno Alonso Salazar, con la tenebrosa oficina de envigado de alias “don berna”. Declaraciones de paras recogidas por la ONG IPC de Medellín, hasta testimonios de sectores políticos y sociales dan fe de esa alianza que permitió maquillar las cifras de la violencia durante la alcaldía del Dr. Fajardo.
El mismo comisionado de paz Luis Carlos Restrepo – el más autorizado de los testimonios - señaló en entrevista en EL TIEMPO la indebida cercanía entre la oficina de envigado y la alcaldía de Fajardo. El Dr. Restrepo señaló que en repetidas ocasiones le manifestó al alcalde su incomodidad por los acuerdos poco ortodoxos entre los supuestos ex paras de “don berna” y la secretaría de gobierno de Fajardo.
En Antioquia nunca hubo una desmovilización de las estructuras mafiosas y paramilitares del Valle de Aburrá. A diferencia de las mafias de Mancuso o de Jorge 40 que fueron desmanteladas y desmovilizadas, la oficina de Envigado nunca se desmovilizó, y por el contrario se escondió tras un antifaz de reinserción llamado la Corporación Democracia y Paz. Estas estructuras siguieron delinquiendo pero con discreción para no dejar al descubierto su falsa desmovilización. Es así como su modalidad criminal consistió en regular todas las expresiones delincuenciales de esa zona urbana del país y en cobrar por ellas. Al mismo tiempo, se impartieron instrucciones en el sentido de limitar el número de atracos, de regular las ollas, de establecer un límite al robo de carros y de exigir que las muertes violentas se hicieran fuera del área urbana o que se desapareciera cualquier rastro de los cuerpos.
Es así como la alcaldía de Fajardo y Salazar, patrocinada hasta la saciedad por José Obdulio Gaviria, terminó por maquillar las cifras de violencia en Medellín. En el momento en que extraditan a Don Berna, el único capaz de regular y de ponerle orden a esas mafias, la capa de maquillaje se desvaneció para mostrar la realidad podrida de violencia y narcotráfico; y le estalló en la cara a Alonso Salazar, no a Fajardo.
Fajardo y Salazar fueron los candidatos de José Obdulio Gaviria; no creo que se atrevan a desmentir la amistad y el apoyo recibido, como tampoco creo que desmientan que el hermano de Gaviria trabajaba muy de la mano con fajardo y Salazar en la secretaría de Gobierno, la encargada de la interlocución con los falsos desmovilizados.
Hoy “don berna” está extraditado; “Memín” está preso; y lo que han venido declarando ya no tiene credibilidad para algunos que desconocen que las pruebas se analizan en conjunto. Por otro lado, a “Job”, al “negro Elkin” y a otros lugartenientes de “don Berna” los han venido asesinando y ridículo es pensar que por el mismo “berna” hoy extraditado y sin poder. Fajardo y Salazar ganaron las elecciones contra todos los pronósticos, y siempre patrocinados por José Obdulio Gaviria, el cercano amigo y aliado de un narco más rico, hábil y poderoso que Pablo Escobar y jefe de Don Berna durante el tiempo de los pepes, el tenebroso Guillo Ángel, también conocido con el alias de “ruana negra”.
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