El doctor Germán Vargas Lleras ha sido atacado por varios secotres del uribismo por hacer campaña para llegar a la presidencia y decirle NO a una segunda reelección del presidente Uribe.
Desde sectores del Gobierno se ha querido vender la idea de que Cambio Radical es un partido puestero, cuando el partido Conservador y la U muestran un rosario de burocracia que hace palidecer la muy pequeña representación de Cambio en el Gobierno, sin que esto haya sido óbice para que los congresistas de Cambio Radical, y en particular los que no queremos burocracia, apoyemos al Gobierno sin el ánimo extorsionista de otros.
El debate de la Superintendencia de Salud fue auspiciado por un Ministro de Protección Social que no quiere perder el control de la superintendencia. Este organismo, encargado de controlar el sector salud, debería mantener independencia funcional del ministerio, por lo que no es recomendable que a la cabeza de esa institución se nombre a una persona subordinada y con temor reverencial al ministro. Por lo general, se ha vuelto práctica en algunos que cuando se habla de nombrar a un técnico, se piense en realidad en un pelele de tercer nivel con algunos conocimientos puntuales del tema, en ocasiones proveniente del sector que debe regular. Esto es la captura sutil del regulador por el regulado. Para controlar, papel primero de la superintendencia, se necesita criterio, formación solida y sobre todo ganas, pantalones e independencia. Con un oscuro técnico proveniente de la jerarquía del ministerio o de las entrañas de los grupos que deben ser controlados. Lo que se busca es una superintendencia discreta y que no se meta a molestar a los grandes conglomerados que prestan el servicio de salud en Colombia.
Por otro lado, el Vicepresidente Santos con sus declaraciones en contra de Cambio Radical causó indignación. Estoy convencido de que lo hizo de buena fe porque ése es su talante. No obstante, fue un error hacerlo de esa forma porque la bancada jamás ha discutido nada que tenga que ver con la Cámara de Comercio de ninguna ciudad. Muy seguramente, el vicepresidente fue asaltado en su buena fe por sectores de la cámara que no quieren pesos y contrapesos que vigilen la ejecución de un presupuesto de 120 mil millones de pesos.
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